La extracción de un diente es el proceso por el que se extrae el diente de la boca. Hay muchas razones por las que puede ser necesaria la extracción del diente, entre otros procedimientos de cuidado dental, y la causa más común es que el diente ha sido dañado más allá del punto de restauración. Además, las extracciones dentales se realizan con frecuencia en pacientes que necesitan más espacio en la boca para sus tratamientos de ortodoncia.
A menudo, las extracciones dentales se realizan en dientes como las muelas del juicio cuando están impactadas, lo que significa que se niegan a salir a través de las encías.
Hay muchas razones por las que puede ser necesaria la extracción de un diente. Las razones más comunes para realizar una extracción dental incluyen:
Aunque los dentistas y los periodoncistas intentan conservar los dientes siempre que sea posible, la extracción de un diente gravemente dañado tiene muchas ventajas. Los dientes gravemente cariados o infectados pueden provocar varios problemas de salud en otras zonas sanas del cuerpo.
Esto puede ser posible cuando las bacterias del diente infectado entran en el torrente sanguíneo, propagando una infección a diferentes órganos vitales y aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas graves, diabetes, enfermedades respiratorias y osteoporosis.
El proceso de extracción de dientes impactados también presenta muchos beneficios para la salud, ya que los dientes impactados pueden causar dolor, rigidez de la mandíbula, hinchazón y provocar enfermedades en general. También pueden dañar los dientes circundantes, que antes estaban sanos, afectar a los nervios, y afectar a las estructuras de la boca. Estos síntomas y problemas de salud pueden evitarse con un simple proceso de extracción.
La gravedad de su caso será el factor determinante de la naturaleza del proceso de extracción dental empleado. En la mayoría de los casos, los dientes visibles por encima de la línea de las encías pueden extraerse mediante un proceso sencillo.
Estas sencillas extracciones se realizan generalmente adormeciendo la zona que rodea al diente con anestesia local y utilizando después instrumentos especialmente diseñados para extraer el diente. El lugar de la extracción puede necesitar un injerto de hueso y, si es posible, suturas para garantizar una rápida recuperación.
Después de las extracciones dentales, tanto si se han realizado con anestesia local como general, pueden producirse hinchazones y molestias.
Las molestias después de la extracción se tratarán con medicamentos analgésicos y antiinflamatorios. Por lo general, los pacientes no sienten molestias después de unos días.
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